El pasado jueves 16 de septiembre de 2004 se dieron cita puntual los integrantes actuales del colectivo pesesentaynuevista para dar salida física a sus aspiraciones éticas y morales. Allí estaban: el sector constructivo formado por los famosos Alex, Tomás y Rafa; el sector sensitivo con Juan, Nacho y Carlos; el sector más virtual con José Luis, Enrique y Víctor y el sector intuitivo con Jesús, Carlos y Dimas. Mezclados en distintos quintetos se disputaron diversos y variados partidos que gozaron de esas características. Fueron partidos, por lo tanto, construidos a partir de sensaciones virtuales e intuitivas y esto, como sabéis, nos enlaza nuevamente con el hedonismo fundacional del pesesentaynuevismo. Finalizados los esfuerzos jupiterianos diez de los doce involucrados en la sesión se trasladaron al club social que prosigue su reforma deslizándose hacia estilos más supuestamente actuales y, por ello, más opacos . ¿Es mejor la opacidad que la transparencia?
Tras la plática y la injesta de viandas y néctares se fueron evadiendo algunos de los afortunados miembros del P quedándose rezagados algunos miembros que con intuición constructiva vislumbraron sensaciones virtuales que les hizo reflexionar sobre la posible vinculación del hedonismo/pesesentaynuevismo con la metrosexualidad y trasladaron estas cuitas al consejo de redacción de las crónicas que desde entonces reflexiona e investiga la cuestión, ciertamente compleja y sobre la que es difícil formar opinión. No obstante se adelantan algunas líneas de investigación que se ponen en marcha para consensuarlas en próximas crónicas.
¿Qué es la Metrosexualidad? ¿Se debe asociar unívocamente al hombre? ¿No existe la mujer metrosexual? Si los hombres metrosexuales son conocidos internacionalmente porque marcan tendencias en la moda con su cuidado estilo personal, no existe la mujer metrosexual desde tiempo inmemorial y si esto es así no es más que un reflejo de la nueva sociedad emergente multirracial, mestiza y mezclada. Pero ¿cúal es el origen del término?
Según las investigaciones efectuadas por esta redacción el término fue acuñado hace ya más de una década por el escritor británico Mark Simpson (¿Es casualidad el nombre o es el destino?) al analizar los efectos del consumismo en la identidad masculina. "El hombre estoico, autorreprimido y modesto no compraba mucho", comentó al periódico The Independent. Al ser preguntado sobre la reaparición del vocablo en los últimos años Mark comenta “El nuevo tipo de hombre es alguien menos seguro de su identidad y mucho más interesado en su imagen", es víctima fácil de la publicidad. Por su parte, Marian Salzman,(¿Es casualidad el nombre o es el destino?) directiva de Euro RSCG Worldwide, esboza una imagen más positiva del 'metrosexual', y en conversación telefónica le ha comentado a este cronista lo siguiente “En el siglo XX, las mujeres se batieron para obtener la igualdad con respecto a los hombres. En este nuevo siglo, los hombres, todavía del tipo dominador, están encontrando el coraje de explorar la feminidad sin miedo de perder su estatuto de hombres de verdad”. Según lo dicho lo metrosexual tiene que ver con:
1.- La superación del estoicismo, la represión y la modestia de los hábitos consumistas.
2.- La falta de seguridad en los valores clásicos varoniles.
3.- El interés por la propia imagen.
4.- El coraje por aceptar el lado femenino que todo hombre lleva dentro.
5.- El estatuto de hombres de verdad.
Ante tal situación que será analizada en detalle en próximas crónicas sólo cabe aventurar hipótesis iniciales que se someten a la sabia comprensión del lector. ¿No es el metrosexualismo una forma consumista de hedonismo?, ¿ Que relación tiene el concepto de hombre de verdad metrosexual, según la opinión de Salzman, con el concepto de hombre completo pesesentaynuevista? ¿Qué actividad lúdico física es mas multirracial, mestiza y mezclada que la semanal cita del P? y, por último, ¿Qué relación tiene lo “metrosexual” con el “reto-m-sexual” permanente que caracteriza la disposición vital de los “hombres bellos”, en el sentido pesesentaynuevista del término? Todo esto no es más que el principio del análisis, pero mientras tanto ¡Viva el P!